1. Obsesión

    A Lucía le regalaron un pececito naranja esta Navidad.
    Le encantan los animales. 
    En casa tiene dos tortugas, un periquito y un gato.
    -¡ Por tierra mar y aaaaaaire! - canturreaba hace dos días - ¡Yo voy a teneeer un arca de Noé, oéeee, oéeeee!

    Poco ha durado la alegría. 
    Al día siguiente apareció el pececito naranja fuera de la pecera.
    Lucía, al principio se entristeció mucho. No tuvo tiempo siquiera para ponerle un nombre.
    Más tarde se enfadó con el gato porque creía que lo había sacado él de la pecera.
    Luego se acordó de que los gatos tienen miedo al agua y llegó a la conclusión de que su "pececito-naranja-que-aún-no-tenía-nombre" no estaba bien entrenado y sólo sabía "saltar hacia afuera" ....

    A los Reyes Magos les ha pedido otro pez. 
    Que sea azul y que "sepa saltar de dentro a afuera y de afuera a adentro".

    ©Foto: Obsesión por Appleando,vista en Flickr ©All Rights Reserved.
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  2. ...Y el año 2011, a tres días de su muerte,
    se acordó de que todavía le quedaban
    preciosos atardeceres por regalar...
    ¡Y cada anochecer parecía el alba de un nuevo día!

    ©Foto:Atardecer desde el coche, por ChusdB.
    Bajo una licencia Creative Commons ©All Rights Reserved.
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  4. city is mine

    En el aeropuerto de Osaka una familia espera a la llamada  de embarque de su vuelo.
    El hombre rodea con su brazo la cintura de su mujer y de vez en cuando le frota suavemente la espalda, en sustitución del abrazo tierno y confortador que, en realidad, querría darle.

    La mujer, de menor estatura se deja abrazar por él  y cuando nota la energía de esa caricia en su espalda levanta la cabeza y mira a su marido a los ojos hasta que nota la chispa  en su mirada que corrobora una infinita tristeza.

    A su alrededor, un niño alegre, vivaracho y diminuto corretea de arriba a abajo por la inmensa sala de ese aeropuerto. 
    Curioso, inquieto y feliz, el niño grita y se emociona cada vez que ve aterrizar o despegar un avión a través de los cristales.

    Los padres, tristes, lo observan sin decirse lo que saben: su hijito es uno de tantos niños que son víctimas de la radiación de Fukushima.
    El chiquitín, sin embargo, disfruta alegre en ese instante del amor de sus padres y del presente.
    Está claro que la felicidad no depende de la altura.

    ©Foto: City is mine por k n u l p, vista en Flickr ©All Rights Reserved.
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  5. Dibujando

    Oscar tenía que terminar el dibujo de  los "colores complementarios, primarios y secundarios" esa misma noche, de lo contrario no podría presentarlo en el concurso  del colegio y esta vez el premio era una bicicleta fantástica,  con la que siempre  había soñado y que veía cada tarde  expuesta en un escaparate.

    Agotado, y con los  dedos y hasta la cara manchados de pintura acabó el dibujo y lo enrolló cuidadosamente, una vez se había secado la lámina.

    Y se fue a la cama.
    Y soñó que la lámina crecía y crecía...
    Y le envolvía ...
    Y se lo tragaba.
    A la mañana siguiente Oscar sólo era un borrón entre las sábanas...

    La verdad, no sé por qué este dibujo me ha inspirado una historia tan tremenda.
    No lo entiendo, pero ahí la dejo. 
    Lo siento.
    ©Foto:Dibujando por Paula enfocando,vista en Flickr  ©All Rights Reserved.
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  6. Como cada dos semanas Fran volvía a su casa, tarde y de noche, después de viajar durante esos quince días por todos los pueblos y aldeas de la comarca vendiendo el sinfín variopinto de productos que lleva en su camioneta .

    Tanto le vende un juego de sartenes a la vecina de al lado, como unas cucharas de boj en un pueblo alejado...o unas botas "recias" a un pastor.
    Y si no lo lleva en ese momento, lo apalabra  con quien se lo pide, para entregarlo puntualmente la próxima vez que pase por allí.
    El vendedor ambulante se cruza en los caminos de las vidas de muchísima gente.

    Eso le sucedió con Tomasa, una señora gordísima que vive sola en una aldea y que necesitaba un "vestidito" nuevo pero sencillo para recibir la visita, después de casi 40 años, del que fue su único amor. 

    Fran se involucró muchísimo en buscar un vestido nuevo para Tomasa, pero se equivocó de talla.

    Y no una vez, sino también la segunda vez, cuando volvió otra vez a llevarle de nuevo el vestido...
    Y como "no hay dos sin tres", tuvo que volver otra vez más, la tercera, a la aldea de Tomasa, con un vestido tan grande ,tan grande que parecía una carpa de circo...

    -¡Menos mal que hay un refrán que dice que "a la tercera va la vencida", si no llego a conocerlo no me hubiera ido a por el tercer vestido para Tomasa!. -y continuó pensando- ... Un vestido "sencillo", quería  la pobre mujer..."para reenamorar a mi Pepe"...¿Sencillo, decía? Pues a mi encontrarlo me ha resultado complicadísimo, ¡si ella supiera!....
    En eso iba pensando mientras conducía por una carretera solitaria, únicamente iluminada por los focos de su furgoneta, cuando ante él se cruzó una madre y sus cuatro pequeños.
    Iban en fila, la madre debió despistarse porque si no, Fran no se explica cómo estaban cruzando todos a oscuras.
    El resplandor de la luz cegó al último de los pequeños, que se quedó gritando y aturdido en medio de la carretera, sin moverse hasta que su madre se acercó a buscarlo.
    El pobre Fran del susto se quedó helado.
    - ¡Podía haberles atropellado a todos... O llevarme por delante al "pequeñajo"!
    El corazón le latía a mil por hora.
    Cuando llegó a su casa, fue lo primero que contó a su mujer.
    Y cuando Fran dejó de hablar ella le dijo:
    -Si, cariño.  Estas dos ultimas semanas pasan muchas madres con sus hijos por estos caminos y nos roban las trufas, las zanahorias y todo lo que tenemos en los huertos...
    Tienes razón. Muchos del pueblo han tenido el mismo susto que tú...o peor porque han atropellado a alguno de ellos...Y después, sonriendo añadió:
    -¡Por eso hemos añadido a su silueta a la señal de tráfico que hay en el cruce de la carretera, antes de llegar al pueblo!

    A propósito de esto.... La señal  de la foto es de verdad, no es un montaje.
    Está en la carreterita que lleva a alguno de los pueblos perdidos de los Pirineos...
    ¡Porque lo que cuentan los cuentos, a veces ocurre!
    ©Foto: Señal de tráfico singular, por ChusdB .Bajo una licencia Creative Commons ©All Rights Reserved.
     
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  7. ghiaccio

    ¡Parece mentira cómo congelando el corazón de una ciudad puede conseguirse que viva más y lata más fuerte!

    Me refiero a la iniciativa que han tenido para estas fechas los comercios y tiendas de la ciudad de Barcelona, unidos en la Fundació Barcelona Comerç que han congelado parte de la céntrica plaza Cataluña para convertirla en pista de hielo.

    Patinar en ella no es gratis.
    Entre 6 y 8 euros cuesta.
    Claro, la iniciativa privada no puede regalarla, pero creo que es mejor, más entretenido y sobre todo más desestresante  intercalar un poco de ejercicio entre compra y compra, que pasarse toda la tarde  en un centro comercial cerrado escuchando sin parar el soniquete chirriante y a todo volumen de versiones que destrozan los villancicos de toda la vida.

    Ahora, leo en algún periódico, dice el alcalde que el  el año que viene para la campaña comercial navideña volverá a autorizar la instalación de esta pista.

    A propósito de esto....
    Espero que no se dé un "patinazo" y colabore un poco en abaratar el precio de las entradas.... Eso seria genial ya que de la buenísima iniciativa de estos comerciantes, al final y al cabo, la que sale beneficiada  de esta idea es  la imagen de la ciudad y ¡quién sabe si podría ser un reclamo maravilloso para publicitar la campaña de  los Juegos Olímpicos de invierno del 2022, Barcelona-Pirineu!
    ©Foto: "ghiaccio por vetmed123, vista en Flickr ©All Rights Reserved.
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  8. Moth to flame


    Un niño llevaba mucho rato observando a su madre que, sentada ante el ordenador parecía no darse cuenta de que él, por más que se moviera a su alrededor, estaba allí.
    ...Al cabo de un rato, el niño se quedó pensativo.
    Y mirando muy serio a su mamá a los ojos,
    la sorprendió con esta pregunta:
    - Mamá, dime...¿Yo nací de tu tripita o me descargaste de internet?

    Una pregunta muy seria...aunque parezca una broma.

    ©Foto: vMoth to flame por andrewmalone, vista en Flickr. ©Algunos Derechos Reservados.
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  9. mi media naranja

    Eduardo sueña con "su princesa" desde que era pequeño. ...Sueña con una niña guapa y dulce y se imagina a él mismo despertándola de un beso como el que daba el príncipe a Blancanieves al final de la película.
     
    Cuando tenía cinco añitos deseaba tener la suerte de Jaime, el niño protagonista del cuento con el que poco a poco,  él  y los parvulitos  de su cole, estaban aprendiendo a leer, y encontrar a una niña preciosa como Claudia a quien  poder  regalar la luna....

    En la adolescencia buscaba un amor inconformista, o rebelde, o apasionado....según el día que tenía,la pelicula que veía o la novela que leía.

    Lo cierto es que tanto y tanto comparaba "el amor de sus sueños" con esas protagonistas de historias de amor de ficción, que su búsqueda se convirtió en obsesión y a los treinta años Eduardo había puesto tan alto el listón que la mujer de su vida no aparecía.
    ...¿O quizá no existía?

    Al cumplir los treintayuno, anuncio de la decada del "ahora-o-nunca", todavía sin novia a la vista,  decidió "liarse la manta a la cabeza" y hacer un viaje solo y abierto a todas "las oportunidades"....como si estuviera quemando el último cartucho.

    Viajó en avión. 
    Comprando el billete a última hora.
    Donde fuera. 
    Sin un destino premeditado.
    En un vuelo nocturno y alevoso. 

    Eduardo empezaba a vivir "su película" como si fuera la realidad más cierta. 
    No sabe ni cómo, ya estaba en destino, fuera del aeropuerto, en una isla bañada todavía por la luz de las estrellas  y entraba cansadísimo en la mullida cama de su hotel. 
    Dos copas de vino y una "pastillita" para dormir, fundieron en negro su vida anterior.

    A la mañana siguiente se despertó optimista y enérgico...¡Como si "fuera a comerse el mundo"!
    Se duchó y se puso guapo y bajó al comedor a desayunar. 
    Se sirvió en el buffet  un copioso desayuno y mientras buscaba una mesa con vistas notó tras de él su sonrisa.
    No se atrevía  a mirar, no fuera a ser que esa sonrisa no fuera para él, sino para otro afortunado sentado más allá pero en su misma dirección. ¡Qué chasco se llevaría!

    Tímidamente y disimulando la observó de reojo. 
    Tenia la piel tersa, y un color envidiable. Incluso podía distinguir su suave y delicado olor. 
    Si, ella seguía allí sentada sola, dos mesas más lejos y le sonreía abiertamente. 
    Entonces  Eduardo levantó la mirada y enarcó las cejas. 
    -¿Es a mí?- 

    Ella continuó sonriendo y le invitó a sentarse a su mesa. 
    Eduardo estaba arrebolado, prendado, enamorado...
    Toda la pasión  contenida durante tantos años se le presentó de golpe. 
    Eduardo se sentía "enfermo de amor" .

    Era perfecta: Era Ella.
    Descontrolado y como un loco se levantó de la mesa, tirando la taza al suelo  y se abalanzó hacia esa boca que ahora le sonreía abiertamente y  se dejaba besar.
    Y Eduardo se lanzó sobre ella... 
    -¡Eres maravillosa, fresca, insuperable! Eres la que yo he estado esperando toda mi vida...¡Eres mi media naranja! 

    A propósito de esto...
    Lo que nunca sabremos es lo que pensaría el señor que había dejado a medias esa naranja en el plato, para ir otra vez al buffet a recargar de cereales su bol de leche....

    ©Foto: mi media naranja por melmhowell.vista en Flickr. ©All Rights Reserved.
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  10. recorrida diario


    No soy experta en nada, aunque tenga curiosidad por  muchas cosas, sobre todo por  algunas  muy  exóticas y que a los demás no  les merece la pena "investigar". 
    Esto es algo que   hace que me consideren  una persona  "algo peculiar"  o  quizás un tanto extraña...
    Pero tengo una singularidad, y casi me estoy haciendo una experta en algo.

    Tengo una tendencia especial a darme golpes: ¡Sí, a darme golpes yo solita!

    No es por una característica especial  ni nada que se le parezca:
    ES porque ES. 

    Recuerdo un día que, caminando por la calle un poco "enmimismada" en mis pensamientos, choqué contra  una papelera y le solté sin ni siquiera mirarla  un "¡Mire-por-dónde-anda!" que hizo que resonara alguna que otra carcajada a mi alrededor.

    Otro día entré en una tienda con tanta prisa que me estampé literalmente contra el vidrio de las puertas correderas de la entrada, esas puertas con sensor de proximidad y de apertura automática y que yo, después del  impacto que me tiró de espaldas al suelo las consideré lentas e inútiles porque "debían haberse abierto a mi paso",  y lo decía mientras me curaban la sangre que me salía profusamente de la nariz..

    O aquél día que en Majadahonda (allí vivía yo entonces),cambiaron,de un día para otro, el color del mobiliario urbano y pintaron los postes de la luz, farolas y semáforos de un color anodino, algo así como "gris-invisible", un color  que todavía no logro identificar en el Pantone y que hizo que chocara de frente contra una farola y soltara un impresionante  ¡"Joderrr"! impropio de mí... (Sí, tal como suena, acabado en mil erres. Perdón, pero fue así y totalmente involuntario)
    A propósito de esto, No sé cómo estarán pintados ahora...¡de eso hace ya muchos años!

    Pero entonces no se me rompían los huesos.
    Como mucho brechas, hematomas y morados.

    El estreno de mi fragilidad fue "provocado": Me utilizaron como "quitamiedos" en una estación de esquí  y del tirón me partieron el  húmero y la clavícula:
    A partir de ese día ha habido más fracturas de huesos, casi siempre por tonterías: una pintura para"pasos cebra"  demasiado "resbaladiza" para los peatones que, por suerte, ya no se  aplica más en Barcelona,  y que iba acompañada de  mis prisas por cruzar porque empezaba a chispear...acabó con fractura del maleolo de mi tobillo.
    Un golpe  esquiando contra un tocón de abeto oculto bajo la nieve  terminó con  mi tibia superfracturada.
    Un antiguo  golpe frontal  de una ola cuando entraba en el mar  unido a varios estornudos   alérgicos y al cambio compulsivo de muebles en la sala de estar de casa  "para variar un poco", fue el origen de la  primera  hernia   discal, que acabó en operación con la consiguiente rehabilitación...

    A ver, no es que las amargas infusiones de "cola de caballo" y  los aromáticos "emplastos de hojas de col", remedios caseros  muy antiguos, que me administraron Carmen y Angelines,  unas mujeres encantadoras de un  pueblecito de los Pirineos no funcionaran, (amigas mías espero que no os ofendáis, quizá hubieran servido)... Pero es que llegué a un punto de dolor y parálisis que creo que fue conveniente intervenir.
    Además, todavía les agradezco que viajaran hasta Barcelona y aparecieran con la Virgencita del Pilar en el hospital y recuerdo  cómo se "molestaron" porque  arranqué literalmente la corona de la cabeza de la Pilarica "porque me parecía demasiado ostentosa" ...¡Amistad impagable. Eso no tiene precio!.

    A pesar  de todo, siempre me curaba bien  y pude rehacer mi actividad y todas  mis aficiones.
    Bueno, todo hasta aquél día de finales de enero, precisamente al acabar  una fantástica excursión con raquetas por la nieve...
    Con lo bien que estaba y tuve que patinar en el hielo para contrarrestar el fatídico resbalón causado por el respingo que di tras unas  cosquillas inoportunas que me hicieron "a traición y por la espalda"... 
    De eso ya no me he recuperado tan bien.

    Meses más tarde a la vuelta de Sin Chuan,  otra caída rematadamente tonta... Pero se me partió  el hombro y de paso aprendí que  el tendón supraespinoso, cuando se rompe es tan "doloroso" que se quitan hasta las ganas de hablar.
    He dejado de hacer muchas cosas...

    Hace un momento acabo de  recibir otro golpecito.
    Un ¡"Clink"!, diría yo... Y directo al corazón.
    Un mensajito cariñoso en el móvil: "Desde las pistas de esquí, te recordamos".

    Un detalle. Certero. De los que rompen el cristal. 
    ¡Vaya amigos tan buenos tengo: Es que no me los merezco!

    ©Foto:  recorrido diario por Martín Turnes, vista en Flickr©All Rights Reserved.
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